Carta de un Idealista, Editorial Platero, Santiago de Chile, 1995, 1996, 100 p. I.S.B.N. 956-274-015-3
HA LLEGADO CARTA
Ahora, cuando las cosas en el “ciberespacio” se hacen cada vez más veloces y el hombre recurre menos al género epistolar, ha llegado carta.
Ahora, cuando las cosas en el “ciberespacio” se hacen cada vez más veloces y el hombre recurre menos al género epistolar, ha llegado carta.
Carlos Johnson Bordalí es el autor de esta Carta de un Idealista que contiene el sesgo de una visión moralizante, de una “poiesis” del alma en busca de destinatarios en las márgenes sensibles del “Ens” o Ser que enciende soles con la esperanza que nunca se apaguen.
Todo poeta aspira a escribir una suerte de carta o moral “nicomaquea” que refleje sus personales afanes y nos endilgue la hermosa predicción: “El mundo ha de vivir/ una era de bondad/ con hombres – hermanos/ sin guerras ni impiedad/ administrando la vida/ estableciendo la paz...”
(...) Carlos Johnson nos presenta una visualización dolorosa de lo milenariamente injusto y del deseo loco de un nuevo orden para el cual no encuentra espacio y si lo encuentra, éste no será rentable... En este enjuiciamiento epistolar Carlos Johnson nos plantea su desencanto y su rebeldía. Pareciera que esta poesía sintió muy de cerca el latido de demasiada sangre próxima al puñal y lugares áridos y desérticos en los que, por un lado, está la miseria y por el otro, la avaricia.
Esta Carta de un Idealista abomina y bendice, casi agostado, advierte la esperanza.
(...) La tonalidad agonística del poeta, sin duda heterogénea, se vale de algo que sí es homogéneo: el amor y lo divino en el alma, como secreto de un origen que no cesa. Es que más allá del espacio carnal, hay todo un mundo multidimensional aguardando. Pero los poetas no quieren que mientras el hombre espera, a otros hombres por temor, les tiemble la garganta y el corazón ande como cautivo, tratando de entender lo que le es sistemáticamente negado. El poeta, como todo creador, no se da descanso. Crear es de la esencia del pequeño o gran dios que en él sólo se glorifica creando.
Con razón Carlos Johnson, el idealista, nos anuncia: “Creo que no me voy a detener jamás...” frente a la realidad del desvalido o frente al dolor de tantos “... hijos del mismo árbol y... de un mismo cielo. Contestatario a la injusticia/ arrogante frente a la mentira/ altivo con el trapacero/... salmón en la corriente”. Es yendo contra la corriente que él piensa encontrar, en la tierra, respuesta desde los cielos.
El poeta se pregunta: ¿Por qué valen la pena las cosas? Habrá que contestar: porque en medio de ellas ¡está el hombre!
Todo poeta aspira a escribir una suerte de carta o moral “nicomaquea” que refleje sus personales afanes y nos endilgue la hermosa predicción: “El mundo ha de vivir/ una era de bondad/ con hombres – hermanos/ sin guerras ni impiedad/ administrando la vida/ estableciendo la paz...”
(...) Carlos Johnson nos presenta una visualización dolorosa de lo milenariamente injusto y del deseo loco de un nuevo orden para el cual no encuentra espacio y si lo encuentra, éste no será rentable... En este enjuiciamiento epistolar Carlos Johnson nos plantea su desencanto y su rebeldía. Pareciera que esta poesía sintió muy de cerca el latido de demasiada sangre próxima al puñal y lugares áridos y desérticos en los que, por un lado, está la miseria y por el otro, la avaricia.
Esta Carta de un Idealista abomina y bendice, casi agostado, advierte la esperanza.
(...) La tonalidad agonística del poeta, sin duda heterogénea, se vale de algo que sí es homogéneo: el amor y lo divino en el alma, como secreto de un origen que no cesa. Es que más allá del espacio carnal, hay todo un mundo multidimensional aguardando. Pero los poetas no quieren que mientras el hombre espera, a otros hombres por temor, les tiemble la garganta y el corazón ande como cautivo, tratando de entender lo que le es sistemáticamente negado. El poeta, como todo creador, no se da descanso. Crear es de la esencia del pequeño o gran dios que en él sólo se glorifica creando.
Con razón Carlos Johnson, el idealista, nos anuncia: “Creo que no me voy a detener jamás...” frente a la realidad del desvalido o frente al dolor de tantos “... hijos del mismo árbol y... de un mismo cielo. Contestatario a la injusticia/ arrogante frente a la mentira/ altivo con el trapacero/... salmón en la corriente”. Es yendo contra la corriente que él piensa encontrar, en la tierra, respuesta desde los cielos.
El poeta se pregunta: ¿Por qué valen la pena las cosas? Habrá que contestar: porque en medio de ellas ¡está el hombre!
Magdiel Gutiérrez Pérez
POESÍA A CONTRACORRIENTE
En el libro Carta de un Idealista del poeta Carlos Johnson Bordalí, estamos ante textos que pugnan por erosionar el carácter cerrado, complaciente y unívoco de la poesía, para insertarse de lleno en niveles de apertura y crítica a la convencionalidad. Para suerte de la literatura van quedando pocos de aquellos poetas que desconocían que en la producción del sentido hace bastante tiempo que se dejó de ocultar los medios a través de los cuales se generaba el poema, reconociéndose cada vez más conscientes que toda escritura de uno u otro modo, remite a otra escritura y no a la revelación de verdades absolutas. Así es como Carlos Johnson en la primera parte de su libro, la cual precisamente le da el título a la obra, incluye cuatro párrafos bíblicos con los cuales mantiene un constante dialogo textual, coincidiendo en eso que dice Julia Kristeva: la “palabra literaria” es un cruce de superficies, un dialogo entre quien escribe y su destinatario, dentro de un contexto cultural precedente o actual.
(...) Suele hablarse de poesía de evasión cuando el poeta usa y abusa de los valores omnipresentes, cuando el poeta se entrega al desencanto y la desesperanza, pero Johnson, con lucidez y coherencia, mantiene con firmeza el manejo de su trabajo literario, imprimiéndole un marcado sentido social que deviene en poemas de impugnación, contestatarios e irreverentes, cuyo factor constructivo, generalmente, está dado a través de la virtualización que hace de “lo injusto”, aunque no para compensarlo, sino para constituirlo como injusticia en el único lugar donde el poeta puede: en su poesía. En el poema más extenso y característico del libro, “Carta de un Idealista”, podemos leer: “Levantemos las fronteras/ como decía John/ desafiemos a los muertos/ a lo mejor Dios se apiada/ y les alivia el sufrimiento”. Así es como Carlos Johnson rehace el trayecto de un itinerario que, en un momento bien preciso de nuestro devenir, nos fue escamoteado a sangre y fuego, bombardeándonos con proclamas de carácter fundacional, absolutamente ajenas a lo que había sido nuestra identidad e historia. Ilustrativo resulta al respecto una cita del poema “Economía Social de Mercado”, donde dice: “Garantizamos las mejores propinas/ en el mejor barrio comercial./ No proporcionamos contacto/ ni provisiones ni meriendas/ ni zapatos/ ni restitución alguna/ ni nada que se parezca”. Sin embargo, hubo y persisten poetas que habiendo sido críticos a la dictadura hoy nadan complacientes en las aguas del modelo ideológico que nos impusieron, de concepción vertical y totalizante, ante lo cual Johnson se rebela escribiendo: “nunca más un fusilado/ nunca más un desaparecido/ nunca más un lapidado”. Estos intelectuales son los mismos que dirigen la cultura en nuestro país, ya sea desde la cúpula de algún partido político, algún Ministerio o desde cómodas embajadas o consulados en países preferentemente europeos. Sus convenientes discursos neoliberales y posmodernista les han pagado con el tan ansiado reconocimiento que todo intelectual busca, pero al precio de limitar o, más bien, adecuar sus proyectos creadores a la fórmula mediante la cual han conseguido su legitimidad. Pero como el profundo y extenso río de la poesía chilena arrastra una gran tradición entre sus aguas son muchos los poetas que, como Carlos Johnson, siguen a contracorriente: “para ser contestatario a la injusticia/ para ser arrogante frente a la mentira/ para ser altivo con el trapacero/ para ser salmón en la corriente” (“Carta de un Idealista”).
Cuando un libro invita a una excursión tan fascinante como aquella de rehacer el trayecto interrumpido, retornando los nombres e inscripciones a los espacios desde donde jamás debieron haber desaparecido, vale la pena ir junto al poeta en este viaje de reconstrucción de la fe en sí mismo, de reconstrucción de la identidad perdida, de reconstrucción de la esperanza.
Nicolás Miquea Cañas
¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán.
Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla.
Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros.
He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.
Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza.
Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia.
SANTIAGO 5: 1 - 6
Y allá voy otra vez
como res al matadero
a desafiar Olimpos
a golpear conciencias saturadas
de espejismos ilusorios
inconducentes en el tiempo
depredadores de la vergüenza
proxenetas del mercado
mercenarios del papel
ya me pueden deglutir
degustadores literarios
haced de mí como bien os parezca.
POESÍA EMERGENTE
Amiga mía
mira cómo te discriminan
apartándote del camino
segregándote impíamente
como si estuvieses enferma
desfalleciente
o agónica.
Los elefantes
negros mercaderes
sólo tienen marfil
para los que yacieron contigo
y engendraron muchos hijos
abundante descendencia
prolífica virtud.
Para nosotros
que somos novios
para mi reina ataviada
no hay espacio
no hay lugar
no es rentable
no hay mercado.
Amiga mía
dulce compañera
en tus brazos me cobijo:
soy arcilla y tú...
lumbrera
yo soy pueblo y tú...
estrella
soy papel y tú...
eres letra
matriz radiante
tú eres sol y yo...
soy tierra.
Amiga mía
yo te amo
Por ti correré el mundo
hasta encontrar el castillo
El rincón de la morada
en que tú y yo
fecundaremos las estrellas
y el ángel tan deseado
la ilusión hecha papel
nacerá.
PAN DE LETRAS
Apunto y colecciono libros.
Un día los vendí
me prodigaron el placer de unas monedas:
algún recital de Los Jaivas o Congreso
una cerveza conversada en el tiempo
un vino navegado en la bahía
un sueño con estrellas.
Una vez los quemaron:
decían que estaban malditos
después de destruir bibliotecas y palacios
corroídos por un cáncer
según contaban
purulento.
En Maní de Yucatán
también prendieron vela
árbol Maya al fuego eterno
fray Diego de Landa incendia
arma la pira india
consuma la miseria blanca.
Otras veces los proscriben:
dicen por ser negros
como la negra mano
que sostiene la balanza
o por ser versos del averno
satánicos en su esencia
aunque el Papa ha dicho:
“el infierno es puro cuento
el pandemónium no existe
por lo que podéis estar tranquilos
hermanos míos”.
Pero la memoria cien veces
leída en el cuento y en la imagen...
los engendran.
Hoy los buscan
los promueven
se solicitan
son la vida:
nutricia silente de amor
sueño dormido de luz
susurro perpetuo de paz.
BELÉN
Pesebre de recuerdos
sumido en la distancia
Casi ya no te distinguen
en el fragor de la herejía
Tu intimidad descarnada
desgarra la opulencia
y el rico se revuelca
en el lagar de la vergüenza.
Recóndito hogar
iluminado en la penumbra
Habitáculo de peregrinos
y lacayos desaseados
Recibe esta oración
que brota desde el alma
Inunda con tu luz
la paz de los espíritus.
PLEGARIA SIMPLE
Limpia esta tierra Señor
rae de ella a los muertos
llénala de fruta estival
dale salud al enfermo.
Sacia de pan y verdad
como de luz al lucero
que sea un mundo de paz
como de sauces un estero.
Y a todos tus hijos de amor
que caminan por el sendero
lava sus pies con fervor
como ayer en el madero.
Rae el odio Señor
ráelo hazlo primero
quita las armas al fin
por piedad
del mundo entero.
Pero hazlo hazlo deprisa hazlo ya
que este mundo está enfermo
con un maligno virus quizá
que corroe el alma y el cuerpo.
Y todo esto es para ti bella mujer
para la alborada en tu pelo
para el amor en un niño
para tus ojos de cielo.
Ven corramos al Olimpo
que ahí nuestro Señor es dueño
en un arca de jade puro
veremos nacer el sueño.
El sueño de muchos
un infante tan bello y tierno
el sueño de todos
un ángel de tierra y besos.
Musa que enciendes mi canto
en tu candor excitas mi fuego
tus pechos son de un aroma
que sacia todo mi vuelo.
2 comentarios:
Que bellos poemas! no conocia a este autor
gracias por postear su obra y hacerla de esta manera conocida
pues es muy bella!!
saludos
"TU SELLO", "PLEGARIA SIMPLE", "LA ILUSION", FUERON LOS POEMAS QUE ESCOG{I AL AZAR Y ME SORPRENDIÓ LA BELLEZA Y SENSIBILIDAD DE TU ESCRITURA, TIENE TU SELLO!!!
UN ABRAZO DESDE ANTOFAGASTA.
YASMINE***
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