jueves, 6 de septiembre de 2007


El Bosque Encantado, Gobierno Regional de Valparaíso, Santiago de Chile, 1999, 66 p. I.S.B.N. 956-7944-05-9



EL BOSQUE ENCANTADO

(...) Lejos del poema de tesis, pero inscrito en una escritura de fuerza ética, Carlos Johnson comparte su mirada paseándonos por textos donde muestra la experiencia de sus apuntes de caminatas, la observación, la contemplación del poeta que, como un pescador de poesía, la busca en un mundo hostil. Este poeta no renuncia a la poesía de la “belleza” ni a la búsqueda de las “imágenes puras”, desde una filosofía basada en la verdad, el placer, la libertad y el extravío. Sin embargo, a pesar de los sueños y deseos, no puede dejar de observar y sentir la perturbadora sociedad que contamina el paraíso. En este mundo hay una espera sin tiempo/ que mes a mes/ no llena ni los calcetines y un pan de amor que busca repartirse en los cerros poblados de niños pobres. La sucia realidad empaña el poema en colores que quisiera hacer el poeta. Esa tensión entre la ingenuidad y la lucidez cruza el bosque encantado donde se libra una lucha entre el candor y el escepticismo, entre la ilusión y el desencanto, entre la porfiada esperanza y la acechante decepción.

(...) Un canto de paz. Un bosque encantado, una imagen de amor que atraviesa / el firmamento desnudando la miseria / del mercado. La realidad ineludible. Libro luminoso, de poesía amorosa y humanista, que ilumina su propia precariedad: el deseo de un encantamiento total que resulta imposible. La naturaleza se encanta, el hombre se desencanta. En esa contradicción, resistiéndose al desencanto, Carlos Johnson pinta un bosque con hojas verdes y vitales cuyo destino de hojarascas también está escrito.

Jorge Montealegre I.



COMO CANTO DEL ALMA EN EL MAR

La poesía de Carlos Johnson no se anda con chicas, va directo al grano, arremete con todo, se conduele de la eterna torpeza humana, demasiado humana, pero prefiriendo el tono menor del testigo implacable al aullido de la imprecación. El poeta no se encuentra ni se complace en este mundo tal cual va. Quiere, por el contrario, un mundo auténtico -no de plástico-, un país cuyas carreteras no lo dividan en bandos irreconciliables sino que lo unan en su profunda y maravillosa diversidad, asumiendo necesariamente una historia maldita y ocultada como conformadora de eso que somos, sin concesiones ni reblandecimientos, única manera de ser “como canto del alma en el mar”. Un mar que, como es por todos sabido, es puro movimiento, metamorfosis, misterio, génesis eterna.

(...) Saludemos, entonces, “la bella aparición del lucero”, por decirlo a la manera del gran Enrique Lihn, quien dijo también: “nunca salí del horroroso Chile” y que, ahora, es la denuncia del poeta porteño Carlos Johnson en un añorar y conjurar los lugares tutelares (Valparaíso, Arauco, todo el mar, los bosques nativos) que conforman, a pesar de los profanadores de la vida, este largo país de desastres que es el nuestro.

Cristián Vila Riquelme


Me beberé todas las estrellas
de una copa
después de arrebujar
tu maraña entre mis manos.

Y así
embebido por el viento del camino
cruzo el umbral del milenio
con mi cuaderno de soledad a cuestas.



ESTRELLA DE PAPEL


Una paloma muerta descuelga
un pulmón por la ventana
Mientras los andenes convocan
a la mañana para formar
la legión de aves celestes.

Siempre quise hablar juntando
el polvo con las manos
Pero el niño del castillo
envuelve el paquete sin tener
su estrella de papel.

Será quizás sólo un sueño no lo sé
pero
al final del día
el sol
inundará las calles y esos niños
envueltos por la luna estarán
jugando con su estrella de papel.

Será pronto
sin duda
será muy pronto.



LA CONDENA

Yo no elegí ser poeta
es cierto:
la vida me lo impuso
la tierra me lo gritó
y el viento lo susurraba.

Poco a poco me fue llegando:
las olas del mar me condenaron
Los pelícanos y cormoranes
trajeron sus grilletes
y me prendieron a las palabras
La cordillera me puso el cepo
y el Aconcagua
cual negro custodio
se encargó de dictar sentencia:

En el Kali Yuga
de la edad de Acuario
sea réprobo en celdas de cemento
Por callejuelas de la urbe
Entre orines y tuberías
Rodeado por la nube de metal

Con su habitación de tierra
y sus puertas de plástico
Hacinado en la circunvalación
sus horas consumidas
El sobre parque lo agotará.

Que abortado sea su linaje
en rincones clandestinos
y en cementerios de ilusión
clonados sus despojos.



EL BOSQUE ENCANTADO

El canto es un árbol de cuyas ramas
penden capullos en libertad.
Su tronco es madera del aire
colmado con vetas de amor y verdad
Aunque de cuando en cuando
algunos son atacados por termitas
y otros tantos talados para astillas
que laceran el alma de mi pueblo.

El bosque es un coro de aves nativas
Una imagen de amor que atraviesa
el firmamento desnudando la miseria
del mercado
y ni aún la dureza del titanio o el acero
es capaz de resistir su trino penetrante
como música al espíritu y fuente al interior.
En la Sociedad del Bosque de Piedra
en sombras y seco está el suelo
abatidas las espigas por nieve y frío
por plagas de consumo turbio el corazón
han caído en abismos de freones
fosos que han puesto por techo.

No son más que un espantajo bien vestido
impertérrito frente al nuevo día que despierta
que invocando quizá qué oscuro sortilegio
Se arroga el derecho de elevar hacia
el sepulcro los botones de la dormida.

En la Sociedad del Bosque de Piedra
por amor mi madre ruega.
Habrá que esperar lluvias y ondinas
para fecundar
una vez más
la tierra.

En la Sociedad del Bosque Encantado
ha comenzado a llover.



MUNDO DE PLÁSTICO


I El extravío

Y ahora
hacia dónde diriges tus zapatos
divagantes del camino
sin brújula ni horizonte
llenos de curiosidad
como el ojo de la aguja
con ganas de verlo todo
recorrer lo inconcebible
en la curva del cilindro
a grupas de un Pegaso
un mortal de plástico rodeado
por la chapa de metal
en el país del cuándo
en la ciudad del para qué
donde todo se sabe y nada está oculto
las noticias te llegan de lejos
como el eco de una bocina
galopan los segundos
te lo cuentan todo
de principio a fin
con detalles sin faltar ni una coma:

la fotografía del caso que pintaron
el testimonio de testigos que no hablan
el reportaje en la primera línea descubierta
la exclusividad de la nota que rechina
el impacto de imágenes en las nubes
el misil dibujando en el barro
arterias que derraman su vino rojo
brazos y narices volando por los aires
como si a alguien le importara
la cara deformada por el horror de la película
viviendo a espaldas de ella...

Aunque dicen que sólo son fuegos de artificios
como en máquina de video con enanitos verdes
haciendo desaparecer personas
es el triunfo del consenso
cuando todos están conformes
como si estuvieran de acuerdo:
es lo que se dice
lo que se piensa
lo que imaginan...

como la caja de Pandora que se mete
por las narices
te inunda las neuronas
para dejarte más vacío que antes
encendiendo y apagando luces
sin encontrar la correcta
la evasión a través de la figura
esa realidad de no buscar nada
un castillo de artificios que brilla y brilla y brilla
para volver
como el destello
a la penumbra.

Con la cultura del instante eres volátil
como el viento
y como un relámpago fugaz
incoherente frente a lo frágil
ligero como una nube
ingenuo como niño
hedonista en fin del siglo que se asoma
al milenio de la luz
aséptico del arte en brazos de ausencia
pragmático por ignorancia
opulento en la materia del olvido
sin compromisos con la rosa
nada que ligue con tierra y bosque
un caminante en laberinto sin destino
sólo lo etéreo como consenso
ligera la mirada en faenas de cansancio
arbitrario en la carga del sendero
permisivo con la ética del sol
nihilista a la hora del arribo.



II El placer

Placer sólo placer
nada más que placer
tolerante en sus entrañas
relativo en el juicio
como un abismo sin fondo
donde se pierde el sustento
desecho refinado como material de bienestar
frenético por maldición que consume afanado
narciso de diversiones en la capital del sustituto
metafísico de la nada que extravía su silencio.

Y en la búsqueda del sol
degradado como objeto
entre bolsas de nylon y tuberías de pevecé
errante por parajes que se pierden
en espejos de alquitrán:

parece que lo sabes
consideras que lo entiendes
pero te pierdes
desconoces la fuente:
el alma que te alienta
la vida que te dan.



III La libertad

Porque soy libre como el mar con que te sueño
como el aire que respiras
y me elevo a las alturas para nacer

Porque me lleno del bien y de tu amor
y busco la grandeza de la fuente
todo lo noble y humano de las cosas
la verdad y vida que hay en ti

Porque mi vida es abierta e incompleta
provisional y sujeta al devenir
argumental como razón por testimonio
sustentada en el calor del sol

Porque el retrato de la imagen siempre descubre
pretensiones y fundamentos del camino

Porque amo la verdad sobre la muerte
y la libertad como principio para vivir:

como lo revelado
lo descubierto que manifiesta
con precisión y claridad al suceder

como lo exacto lo riguroso sin omisiones
lo acontecido
o qué ha pasado
lo que ocurrió

como asintiendo con certeza lo prometido
todo el futuro
lo venidero
lo por llegar.



IV La verdad

¿Qué es la verdad
sino un soplo de vida
que viaja en un mundo irreal?

Verdad que revela la realidad de la persona
Verdad que manifiesta la periferia de mi sentir
Verdad de la realidad que es abierta y patente

Verdad de la existencia que está oculta y escondida
como latente
encubierta
o camuflada
con la cual no se suele contar
y de la que emergen ciertos signos
como arcanos que la muestran
la descubren
la revelan
y no la pueden desmentir

Verdad que conduce a la vida verdadera
profunda como el mar
llena como el cielo
que ocupa un espacio vital

Verdad que no está en la utilidad de las cosas
Verdad que colmas de bien y sacias de amor
y empapas la sed de infinito

Verdad solidaria que mira al hombre del sur


Verdad repleta de esfuerzos que inspira
un canto de amor

Verdad de uno mismo como pasado
como presente que se infiere al porvenir

Verdad de las cosas que encontramos
como lo externo
lo que está afuera
lo que se ve

Verdad de circunstancias o momentos
con que conozco lo complejo de las cosas
La realidad que ahí se encuentra inmersa

Verdad de coherencias y armonías
equilibrio entre práctica y palabra
consecuencia sin dobleces ni mentiras.

No hay comentarios: